En un pueblo costero de Tramuntana esta este refugio, de paredes blancas de yeso redondeadas y aspecto de cueva. La idea de Betak, su propietario, era conseguir un ambiente "minimal pero cálido" inspirado en las formas onduladas de Gaudí y en la arquitectura orgánica de los 70. Los materiales como la piedra traspasan los límites y entran al interior de la vivienda, acentuando esa sensación de caverna. Los suelos, las vigas vistas y los peculiares detalles decorativos diseñados por el propietario hacen de esta casa un lugar único. Que paseis buena tarde!
La estantería y los apliques en piedra son detalles únicos que le dan un toque personal a la casa
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